TALLER 3 - CERTIFICACIÓN

La certificación como aliada de la dehesa: jornada técnica en Mérida sobre productos y gestión sostenible

El 25 de noviembre de 2025 tuvo lugar en Mérida (Badajoz) una nueva sesión de las Jornadas de co-creación de la Guía Dehesa del Futuro, esta vez centrada en un tema clave para el futuro económico y ambiental del ecosistema: la certificación de los productos y de la gestión de las dehesas.

La jornada reunió a denominaciones de origen, certificadoras, administración pública, universidad y organizaciones del sector, con un objetivo compartido: aclarar qué papel pueden jugar las distintas certificaciones (de producto, de sistema y de gestión forestal) para garantizar la sostenibilidad de la dehesa y mejorar la posición de sus productos en el mercado.

“La dehesa como respirador verde”: DOP Jabugo y responsabilidad compartida

El encuentro se abrió con la intervención de José Antonio Pavón Domínguez, director general de la DOP Jabugo, que planteó una pregunta de fondo: “¿Tendría sentido que la sociedad empezara a contribuir al mantenimiento de la dehesa, conservada históricamente por el entorno rural?”

Pavón recordó que Jabugo es, a la vez, un municipio onubense y una Denominación de Origen Protegida, cuyo pliego de condiciones se apoya directamente en la dehesa de Badajoz, Cáceres y varias provincias andaluzas, muchas de ellas reconocidas como Reserva de la Biosfera. El microclima y el manejo tradicional de estos montes de encina y alcornoque son el fundamento de la calidad del jamón “bellota 100% ibérico” amparado por la DOP.

Desde esa realidad explicó qué es una DOP: un derecho de propiedad intelectual que reconoce el nombre geográfico de un producto con reputación construida a lo largo del tiempo, protegiéndolo frente a usos engañosos y ofreciendo transparencia al consumidor. En el caso de las DOP vinculadas al cerdo ibérico, la conservación de la dehesa no es un adorno, sino una condición de existencia: sin dehesa no hay DOP, y sin reconocimiento legal y social de ese vínculo la viabilidad futura se resiente.

La ponencia insistió en la idea de la dehesa como “respirador verde” y en la necesidad de articular mecanismos para que la sociedad urbana, que se beneficia de sus servicios ambientales, contribuya también a su mantenimiento, ya sea vía certificaciones, pagos por servicios ecosistémicos o valor añadido en el mercado.

Consumidores, marca “Dehesa” y certificaciones de sostenibilidad

A continuación, Paula Gaspar García, del grupo de investigación de Economía y Calidad de Producciones Agroalimentarias de la Universidad de Extremadura, presentó la ponencia “La dehesa y los consumidores: percepciones y valorización de sus productos”.

Gaspar compartió resultados de trabajos en los que se analizan los hábitos de consumo de jamón ibérico, la importancia que los consumidores dan a atributos como origen, norma de calidad, precio, etiquetas de sostenibilidad o trazabilidad, así como su disposición a pagar por ellos. Los estudios muestran que la ciudadanía y los consumidores otorgan un alto valor a los sistemas ganaderos de dehesa y a sus productos, pero a menudo carecen de herramientas claras para identificarlos en el lineal.

De ahí surge la propuesta de una marca paraguas “Dehesa” que permita reconocer, de forma sencilla, que un producto procede realmente de este sistema, complementando figuras ya existentes (DOP, ecológico, bienestar animal, huella de carbono, etc.). Gaspar subrayó que al amparo de las nuevas políticas europeas existen buenas oportunidades para desarrollar certificaciones de sostenibilidad (huella, bienestar, ecológico) en productos ibéricos, siempre que se articulen con claridad y se comuniquen de forma creíble.

El análisis de segmentos de consumidores mostró que las actitudes, estilos de vida y características sociodemográficascondicionan tanto el conocimiento de la “norma del ibérico” como la respuesta ante nuevas certificaciones, lo que obliga a diseñar estrategias de comunicación diferenciadas.

El “Montado da Serra de Serpa”: un espejo SIPAM desde Portugal

El tercer bloque viajó al otro lado de la frontera. David Machado presentó el caso del SIPAM “Montado da Serra de Serpa”, un sistema agro-silvo-pastoril portugués reconocido como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) y que comparte muchos rasgos con la dehesa española.

Machado describió el montado como una “macedonia de actividades” donde conviven montanera, producción de corcho, cereal de secano, pastoreo y olivares tradicionales. Un mosaico de producciones que ofrece seguridad alimentaria, empleo y paisaje, pero también un conjunto de externalidades positivas (biodiversidad, fijación de carbono, regulación hídrica, valores culturales) que han sido clave para su reconocimiento internacional.

Su intervención sirvió para ilustrar cómo un sistema similar a la dehesa puede posicionarse internacionalmente a través de sellos como el SIPAM, reforzando el orgullo local e impulsando políticas públicas de apoyo, y abrió el debate sobre si la dehesa española debería aspirar a un reconocimiento análogo y cómo articularlo con las certificaciones de producto ya existentes.

Certificación de la gestión forestal de dehesas en Extremadura

La última ponencia, a cargo de Alfonso Jurado Varela (Servicio de Ordenación y Gestión Forestal de la Junta de Extremadura), se centró en la certificación de la gestión forestal sostenible en las dehesas.

Jurado explicó que la certificación es un proceso voluntario en el que una tercera parte independiente verifica que la gestión del monte cumple estándares ambientales, sociales y económicos previamente definidos, y que los sistemas más extendidos son PEFC y FSC.

Detalló los beneficios ambientales (prevención de la degradación, conservación de biodiversidad y servicios ecosistémicos, incluido el almacenamiento de carbono), sociales (protección de derechos de trabajadores y población rural) y económicos (acceso a mercados responsables, mejora de imagen, valor añadido) que se asocian a esta certificación.

Jurado aclaró que se pueden certificar:

  • La gestión forestal de la propia dehesa.

  • La cadena de custodia de los productos derivados (madera, leña, corcho, productos ganaderos, miel, setas, etc.).

  • Los servicios de los ecosistemas (captura de carbono, protección de cuencas, conservación de hábitats, valores culturales y recreativos).

Presentó datos actualizados de superficie certificada en Extremadura y puso en valor el grupo de certificación de dehesas creado por Silvacert Tecnologías, que ha permitido incorporar a fincas de menos de 100 ha a estos esquemas a través de modelos de gestión forestal tipo, contemplados en el Decreto 119/2022.

Un mapa de certificaciones al servicio de la “Guía Dehesa del Futuro”

La jornada concluyó con un debate abierto entre ponentes y asistentes (denominaciones de origen, certificadoras, organizaciones agrarias y representantes del sector) sobre cómo ordenar el “mapa de certificaciones” en torno a la dehesa: desde las DOP y posibles marcas de sistema, hasta los sellos forestales y las nuevas etiquetas de sostenibilidad.

Las principales ideas que emergieron fueron:

  • La certificación no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para mejorar la viabilidad económica de las explotaciones y garantizar la conservación del ecosistema.

  • Es necesario coordinar los distintos sellos para evitar confusión en el consumidor y aprovechar sinergias entre certificaciones de producto, de sistema de producción y de gestión forestal.

  • La futura Guía Dehesa del Futuro debe ofrecer criterios claros para que ganaderos, industrias y gestores forestales decidan qué combinación de certificaciones encaja mejor con sus objetivos y capacidades.

Con esta jornada en Mérida, el proceso de co-creación de la guía incorpora una pieza clave: una visión compartida sobre cómo las certificaciones pueden convertirse en aliadas del territorio, de las personas que lo habitan y de la ciudadanía que quiere seguir disfrutando de productos de dehesa auténticos, sostenibles y trazables

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